Este magnífico brebaje de los Dioses nació en Grecia. En el siglo de Pericles (V a.C.), ahí es nada.
Hipócrates de Cos, el conocido en muchos libros como “padre de la medicina”, fue uno de los precursores de esta bebida, de este aperitivo tan mediterráneo.
Un descubrimiento a la altura de el de la penicilina.
Este célebre médico y filósofo puso a macerar vino en ajenjo (planta medicinal muy famosa en la época debido a sus múltiples aplicaciones curativas) y otras sustancias amargas. Le podrían haber salido las Super Nenas… ¡Pero no! Del resultado de esta maceración nació el famoso aperitivo mediterráneo, el vermú, vermut o vermouth. Como tú lo quieras llamar. En la edad media se usaba sobre todo con uso medicinal. Se le conocía como «Vino hipocrático»
Lo cierto es que su receta ha ido variando a través de los siglos. Se han ido añadiendo hierbas y raíces que dan los matices tan particulares de cada una de las regiones. Y su composición es muy diversa, pero comúnmente podemos encontrar en su elaboración el ajenjo, limón, clavo, pensamientos, raíz de lirio… .
Estos vinos con un aroma tan característico se comercializan en cinco estilos muy diferenciados:
- Rojo (Rosso): el más clásico de todos y más habitual. El sabor es dulce y menos amargo y seco que el resto. Se puede percibir con más facilidad las hierbas y raíces que lo componen.
- Blanco (Bianco): procedencia francesa, es el más dulce de todos. En su elaboración se suprimen algunos botánicos a favor de la vainilla y los cítricos.
- Seco (dry): también de origen francés, similar al blanco, aunque su uso principal es cocina y coctelería. La diferencia la marca en su amargor respecto al resto.
- Rosado(Rosato): suave y ligero. Es un vermut algo desconocido para la mayoría y suele acompañarse de tónica, soda, cava, prosecco o incluso solo.
- Sin alcohol: todas las bondades de poder disfrutar de sus aromas e historia en un trago libre de prejuicios.
Del botiquín a la barra del bar
El origen del vermú como aperitivo se encuentra en Italia, en Turín. Su nombre proviene del francés, después de adaptar un término de origen alemán “Wermut”, que significa ajenjo. La principal hierba que lleva esta bebida.
Padres griegos, familia italiana, vecinos franceses y nombre alemán.
¿Se puede ser más internacional?
Pese a este crisol de culturas, el origen del vermú en España lo podemos arraigar en la zona de Cataluña a mediados del siglo XIX en la ciudad de Reus. Donde habría que destacar el vermú Yzaguirre del año 1884.
Pero… ¿Cuál es el secreto para hacer un buen vermú?
Un vermú auténtico debe tener al menos un 75% de vino (normalmente blanco). A partir de ahí cada uno juega con sus proporciones de hierbas, raíces e ingredientes naturales para darle un sabor, una particularidad o unas notas típicas de cada uno. El color rojizo se obtiene de las hierbas y raíces que se añaden al vino durante su proceso de maceración.
Dicho esto, te puede surgir la duda de ¿con menos vino ya no es un vermú?.
En la actualidad podemos encontrar bebidas con un toque de vermut o derivadas de este, en estos casos la función principal es despertar nuevas sensaciones en consumidores.
Aprovechando esto, cabe destacar que la marca más conocida mundialmente como vermú, realmente no lo es, ya que la variación en su receta le hace ser un producto distinto y con personalidad, pero no un vermú.
¿Cómo se bebe?
Las opciones para preparar un buen vermut y poder disfrutar de él son muchas. Las más populares pasan por vaso bajo o una copa, roca de hielo, twist de naranja o limón (o ambos) y nuestro vermut favorito.
Para mejorar la experiencia solemos acompañar a nuestro vermut de algunos productos de sabor intenso. Esos productos que solo de pensar en ellos y olerlos nos hacen salivar. Esos productos que en boca después de un buen trago de vermut realzan, emulsionan y provocan esa sensación de placer que hace a nuestro paladar disfrutar de una experiencia completa.
Ya sabes, ese quesito curado, viejo, intenso, aromático… una fina pero sutil loncha, rebanada o cuña de orgasmo en formato individual.
Gracias a la gran cantidad de vermuts que hay hoy en día, variedad de recetas y aromas, tenemos múltiples opciones de poder realizar esta experiencia sensitiva en muchas frecuencias.
El vermú, vermut o vermouth es un clásico, es contemporáneo, es tendencia y es moda. Si históricamente lleva más de 2500 años a nuestro lado, no se ha ido y sigue mejorando día a día… ¡Por algo será!
¿A qué estás esperando?
Quizá no lo conozcas aún, o quizá si lo conozcas y no sea de tu agrado, pero lo que es seguro, es que aún queda mucho vermut por disfrutar, degustar y probar.
Si el amor consiste en buscar y encontrar a tu media naranja… Acompáñala de un buen vermut y este a su vez de un gran queso.
Llegados a este punto, sois fanáticos del vermú, os invitamos a visitar el museo del vermut, situado en Reus (Barcelona), con más de 1000 botellas, documentos y carteles en un edificio diseñado por Pere Caselles Tarrats. El museo cuenta con un restaurante en el que poder degustar multitud de vermuts.
Y si Reus os queda muy lejos, también podéis venir a The Whisper, preguntarnos a nosotros y degustar algunos en nuestra compañía.
¿Cómo os gusta a vosotros disfrutar del vermut?